viernes, 17 de febrero de 2012

Lo que odio de él

Los abrazos llenos de energía que hacen que mi corazón palpite tan rápido como los pies de una bailarina en su pieza favorita de flamenco.
Sus palabras, esas que buscan ser escuchadas.
Sus miradas, unas de naturalidad y confort que me hacen sentir rodeada de nubes y dicen: "Todo está bien". Su mirada de incredulidad que quiere saber que pasa por mi mente. 
Su sonrisa iluminada al compás de su mirada que me lleva a otro nivel.
Y odio de manera multiplicada la mirada que me regala cuando sus dedos hacen ruidos extraños en mis pantalones queriendo decir: "Ahora" y que siempre hace a su antojo
ODIO sus manos que al saludar alivian, al apretar me hacen vibrar y que al acariciarme, mis ojos toman el rumbo que se les pega en gana.
Detesto su cabello rebelde por las mañanas y que al parecer es muy amigo de mis manos
Su espalda, amplia, uniforme, llena de lunares que apenas  puedo contar y su necesidad de provocarme
Sus cejas pobladas y elevadas que se ponen en complot con esa mirada de  " Ahora"
Sus pestañas que se interponen en mi cara y roza mi piel.
Sus labios! Oh! sus labios! Tienen ese olor que no olvidas, la forma que toma cuando ríe, y las repetidas veces que mis dientes quieren morder.
Odio que mi cuerpo quiera estar junto al suyo, es que cobra vida propia y no se deja guiar por mi. 
Odio la textura de su piel, es tan suave como mi rostro.
Al decir verdad todo ésto que "odio" es lo que ADORO

1 comentario:

  1. Recorde a Doña Florinda diciendo "Que dicha tienen los que no se bañan"

    Que no se pierda la bonita costumbre por pasar por tu blog y comentarlo, en realidad me gusta mucho!
    Un beso fea!

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